PACK DE DOS

Habita una mujer en mi interior. Coqueteo y convivo con ella hace un porrón de años. Hemos crecido al unísono. Serpenteando los infinitos caminos de la vida.

Somos polos opuestos. Yo terrenal, alérgica al cambio, adicta a la duda. Ella, sin embargo, fluye en conexión con el universo. Entona dulzura y escribe, sobre todo, escribe generosidad. Yo digo, que no es de carne y hueso. Está hecha de amor al 100%.

Si escucho a mi corazón, tropiezo con su voz que me susurra consejos sabios al oído. Que desaprenda mi vida, me dice. Que suelte sufrimiento inútil y lo tire al vacio por la ventana. Hoy he abierto la puerta de mi esencia y un viento fresco me ha  dado el

suficiente arrojo, por fin, como para  hacerle caso. Zafarrancho.

He tirado dos cajas de disgustos guardados desde hace años. He vaciado cajones de pre-ocupaciones por los hijos. He limpiado el armario de relaciones llenas de agujeros y he pasado el aspirador a mi matrimonio tedioso.

Qué a gusto me he quedado, un tsunami ha barrido todas mis ancladas miserias. Después, me he mirado en el espejo del alma, reconociendo con ojos compasivos a la verdadera mujer, la que se quiere y solo amor fabrica. Al fin, me encuentro. Somos una.